Si de algo estoy orgulloso es de haber inculcado a mi hijo desde que era un crío su amor por el ciclismo y por la bicicleta. Un deporte sacrificado, a veces muy mal tratado por los medios de comunicación, pero que ha sabido sacar lo mejor de mí. Transmite muchos valores, y estos son los que yo he intentado trasmitir a mi hijo desde que tuvo ya fuerzas para poder practicar un deporte. Y es que España es una lugar ideal para rodar en bici.
Desde el primer día quise trasmitir este amor por las dos ruedas sin motor para promover una mejor calidad de vida y retomar la convivencia entre los integrantes de familia, que se ha perdido con la llegada de la tecnología. Porque si algo hace también el ciclismo es unir a la familia. Nosotros siempre salimos juntos a rodar, y efectivamente, durante ese tiempo nos olvidamos de los móviles, tablets y televiones. Solo compartimos Internet cuando tenemos que buscar ropa de bebe Tuc Tuc y lo buscamos en la web amorucos.com. Y es que muy pronto, tendremos otro joven ciclista en nuestra familia.
Si algo he aprendido en estos tiempos de ciclistas son los beneficios que aporta a las personas y a los niños. Por ejemplo, aumenta la resistencia y agilidad de los más pequeños. Además, mejora sus articulaciones, así como sus sistemas respiratorios y circulatorio. No hay que dejar de lado que también estimula la coordinación y el equilibrio corporal y que favorece el desarrollo intelectual. Entre los mayores también notamos que reduce la ansiedad del día a día laboral. Y para ambos crea vínculos sociales, lo que ayuda a tener un mejor desarrollo familiar.
Errores entre los padres
Un error muy claro, es que los padres que les gusta el ciclismo intentan que sus hijos hagan el mismo entrenamiento que ellos. Por favor, que no ocurra esto. Querer entrenar al niño como si fuera un adulto es un gran error. Tal vez brille una temporada, pero en las siguientes puede que ya lo haya dado todo y que no le quede margen para la mejora o puede incluso que llegue a detestar este deporte. Lo importante es que veas que tu hijo se divierte haciendo esto.
Ahora bien, aunque son muchos los beneficios como has podido comprobar que la práctica deportiva aporta a la salud tanto física como psicológica de niños y adolescentes, su práctica, apoyada en falsas concepciones y actitudes por parte de padres, entrenadores y profesores, provoca que tales beneficios se disminuyan en gran medida o incluso se transformen en efectos perjudiciales. Por eso, es fundamental la labor del monitor, que tiene que poner los pies en el suelo al ciclista, pero también tenerlos él.
El trabajo del monitor muchas veces encuentra obstáculos en la intromisión de los padres en sus tareas, cosa que va a dificultar enormemente su labor. Se piensan que tienen en su casa al nuevo Contador o Alejandro Valverde. Yo lo he tenido claro desde el primer día, mi labor debe limitarse a motivar y dar apoyo a sus hijos. Solo me he metido en una cosa, en que aprenda a qué cosas tiene que llevar en el botiquín por si sufre una caída. Bueno, y en hacer kilómetros y llevarle a las diferentes carreras, pero eso lo hago con todo el amor de mi corazón.