Solemos atribuir a nuestra salud dental un valor estético. Pensamos que tener una dentadura sana mejora nuestra imagen personal. Sin embargo, cada vez hay más evidencias de la relación que existe entre la salud de nuestra dentadura y la del resto de nuestro cuerpo. Algunas complicaciones médicas pueden empezar por el estado de nuestra boca, y nuestra dentadura puede manifestar síntomas de otros problemas de salud que estamos sufriendo. Es una relación bidireccional. Lo veremos en concreto en este artículo.
Los odontólogos de la clínica Mesiodens, de León, dicen que la salud bucodental es un aspecto esencial en la salud de cualquier persona. Si tenemos una dentadura en mal estado no masticamos bien los alimentos, por lo que cargamos al estómago para que realice una función para la que no está preparado. Algunos de los problemas estomacales provienen de una ingestión rápida y con los alimentos sin masticar.
Este es solo un ejemplo y no de los más preocupantes. Profundicemos un poco más.
Las enfermedades periodontales y las enfermedades sistémicas.
Las enfermedades periodontales son aquellas enfermedades infecciosas que se producen en las encías: la gingivitis y la periodontitis. La placa bacteriana entre dentro de la encía y empieza a infectarla, creando bolsa entre la encía y la parte sumergida del diente que puede provocar la caída de piezas dentales.
La revista médica Scielo dice que existe una relación directa entre la periodontitis y la diabetes, y que además se da en los dos sentidos. Las personas que tienen las encías infectadas durante mucho tiempo son más propensas a sufrir diabetes, y el 50% de los diabéticos tienden a padecer periodontitis.
Las periodontitis ejerce un efecto directo sobre el sistema inmunológico y el control sobre la regulación de los niveles de azúcar en sangre. Las personas que viven con diabetes enfrentan una mayor susceptibilidad a infecciones debido a la alteración de su sistema inmunológico. Esto puede aumentar el riesgo de enfermedades periodontales, ya que la respuesta inmunológica debilitada dificulta la capacidad del cuerpo para combatir las bacterias en la boca. Además, los niveles elevados de glucosa en sangre que caracterizan a la diabetes crean un ambiente favorable para el crecimiento de bacterias bucales, lo que aumenta aún más la probabilidad de desarrollar periodontitis.
Un ejemplo concreto de esta relación se encuentra en el hecho de que las personas diabéticas tienen un riesgo significativamente mayor de desarrollar periodontitis en comparación con aquellas sin diabetes. La conexión se vuelve más evidente cuando se observa que la periodontitis no controlada puede agravar los problemas de salud en personas con diabetes. La inflamación crónica causada por la periodontitis puede aumentar la resistencia a la insulina, lo que dificulta el control de los niveles de azúcar en sangre. Esto crea un círculo vicioso: la diabetes contribuye al riesgo de periodontitis y la periodontitis, a su vez, dificulta el manejo de la diabetes.
Además de la diabetes, hay varias otras enfermedades sistémicas que están relacionadas con la periodontitis. Algunas de ellas son:
- Enfermedades Cardiovasculares: Se ha observado una asociación entre la enfermedad periodontal y las enfermedades cardiovasculares, como la enfermedad cardíaca coronaria y los accidentes cerebrovasculares. La inflamación crónica causada por la periodontitis puede contribuir a la inflamación sistémica y al desarrollo de placas de ateroma en las arterias. Esto puede aumentar el riesgo de sufrir infartos y embolias. El doctor Erik Fernández Castellano publicó un artículo muy interesante sobre este tema en la revista Gaceta Dental, en el que habla de que las evidencias científicas que relacionan la salud bucal con las enfermedades coronarias son cada vez más contundentes.
- Enfermedades Respiratorias: Por otro lado, existen evidencias médicas de que la infección bacteriana oral causada por la periodontitis aumenta el riesgo de desarrollar infecciones respiratorias, como la neumonía y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC). Las bacterias bucales pueden ser aspiradas a los pulmones, lo que podría desencadenar infecciones en personas susceptibles.
- Artritis Reumatoide: Se ha descubierto una relación entre la periodontitis y la artritis reumatoide, una enfermedad autoinmune que afecta las articulaciones. La inflamación crónica en la periodontitis podría contribuir a la activación del sistema inmunológico y a la exacerbación de la artritis reumatoide en individuos genéticamente susceptibles.
- Embarazo y Parto Prematuro: Las mujeres embarazadas con periodontitis no controlada podrían tener un mayor riesgo de parto prematuro. La inflamación sistémica causada por la periodontitis podría desencadenar respuestas inflamatorias que afectan al feto en desarrollo.
- Enfermedades Renales: Algunos estudios sugieren que la periodontitis podría estar relacionada con enfermedades renales crónicas. La inflamación crónica podría tener un efecto negativo en la función renal y en la progresión de estas enfermedades.
- Enfermedades Metabólicas: Además de la diabetes, se ha investigado la conexión entre la periodontitis y otras enfermedades metabólicas como la obesidad y el síndrome metabólico. La inflamación y la disfunción endotelial asociadas con la periodontitis podrían contribuir a la aparición o agravamiento de estas afecciones.
La caries y la salud general.
Algo tan simple como las caries dentales pueden tener repercusiones que se extienden más allá de la boca, impactando en nuestra salud y bienestar en general.
Las caries dentales son lesiones destructivas en los dientes, causadas por la desmineralización del esmalte debido a la acción de las bacterias y los ácidos producidos en la boca. A menudo consideramos que las caries son un problema aislado, pero su impacto va mucho más allá. Estudios científicos han demostrado que las caries y la mala salud bucal pueden estar relacionadas con diversas enfermedades y condiciones sistémicas.
Uno de los ejemplos más claros es su conexión con la endocarditis bacteriana. La endocarditis es una inflamación del revestimiento interno del corazón y las válvulas cardíacas, generalmente causada por bacterias. Las bacterias que causan las caries dentales pueden ingresar al torrente sanguíneo a través de pequeñas heridas en las encías o al comer alimentos duros, y desde allí viajar al corazón, causando una infección potencialmente grave.
Un paciente con una válvula cardíaca dañada es particularmente vulnerable. Por ejemplo, imagine a alguien con una historia de fiebre reumática que afecta a las válvulas cardíacas. Si esta persona tiene caries dentales sin tratar, las bacterias pueden entrar en el torrente sanguíneo y adherirse a las áreas dañadas del corazón.
La caries también puede estar relacionada con la diabetes. Las personas con diabetes, especialmente si tienen dificultades para controlar sus niveles de azúcar en sangre, pueden ser más susceptibles a infecciones, incluidas las infecciones bucales. Las caries dentales no tratadas pueden servir como un caldo de cultivo para bacterias, lo que puede empeorar el control de la glucemia.
Imagina a alguien con diabetes tipo 2 que lucha por mantener estables sus niveles de azúcar en sangre. Las caries no tratadas pueden causar inflamación y aumento de la actividad bacteriana en la boca, lo que, a su vez, puede elevar los niveles de azúcar en sangre. Esta relación bidireccional entre las caries dentales y la diabetes destaca cómo una salud bucal deficiente puede exacerbar problemas médicos más amplios.
A menudo subestimamos la influencia de nuestra salud bucal en nuestra salud general. Las caries dentales, en apariencia simples, pueden actuar como ventanas a problemas más amplios en el cuerpo.
Esta forma de ver la salud dental resalta la necesidad de un enfoque integral para la salud. Cuidar nuestras bocas no solo es una cuestión estética, sino que también es fundamental para prevenir problemas mayores. La prevención y el tratamiento de las caries dentales no solo preservan nuestras sonrisas, sino que también pueden contribuir a una mejor calidad de vida y a una mayor prevención de problemas médicos más graves.
Salud dental y nutrición.
La salud dental y la nutrición están intrínsecamente vinculadas. No solo es importante lo que comemos, para tener un cuerpo sano, sino también cómo lo comemos.
Una masticación adecuada es crucial para una digestión efectiva. Los alimentos deben descomponerse correctamente en la boca para que los nutrientes se absorban adecuadamente en el cuerpo. Aquí es donde una buena salud dental entra en juego. Los dientes en buen estado permiten una masticación eficiente, lo que a su vez contribuye a una digestión óptima y a la absorción de nutrientes esenciales.
Imagina a alguien con problemas dentales significativos, como dientes faltantes o caries no tratadas. Esta persona puede tener dificultades para masticar los alimentos. Como resultado, podría tragar trozos de comida más grandes y menos descompuestos, lo que dificulta la digestión y la absorción de nutrientes. A largo plazo, esto puede producir deficiencias nutricionales.
No podemos ver la salud de nuestra boca como un asunto menor. Ni como una cuestión meramente estética. Todo nuestro cuerpo está interrelacionado formando parte de un todo. Una enfermedad dental puede tener repercusiones a medio y largo plazo en otras partes de nuestro organismo.
Igual que cuidamos nuestra alimentación o procuramos hacer ejercicio para sentirnos activos, es importante que cuidemos la salud de nuestra boca. La boca es un punto de entrada de elementos externos en el cuerpo. Entre ellos, también microorganismos patógenos. Si nuestra boca está sana cumple una función de filtro. Pero si no lo está, las bacterias que se concentran en la boca pueden acceder a otras partes del cuerpo por el torrente sanguíneo.