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Qué cosas regalarle a un ciclista

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Tienes un amigo, una pareja o un familiar que va en bici cada vez que puede. Da igual si llueve, hace frío o si hay partido de fútbol, esa persona coge la bici y se va. Y claro, llega el cumpleaños, Navidad, un aniversario o simplemente te apetece tener un detalle. Pero no sabes qué regalarle. ¿Qué necesita alguien que ya tiene casco, bici y mallas? Pues más de lo que crees.

Si te has planteado sorprender a alguien que es fanático del ciclismo, ya te digo que hay muchas opciones que pueden hacerle ilusión. Y no hace falta complicarse la vida. Basta con saber cómo piensa alguien que se pasa horas pedaleando y qué cosas le pueden ser útiles. Yo te lo explico paso a paso.

 

Empezando por lo más básico: cosas que siempre hacen falta

Puede parecer que ya lo tiene todo, pero lo cierto es que hay ciertos objetos que nunca sobran. Por ejemplo, unos guantes de ciclismo, sobre todo si ya se le han desgastado los que usa. También puedes pensar en unos calcetines técnicos, que no solo son cómodos, sino que ayudan a que no le salgan ampollas después de una ruta larga. Y si el ciclista en cuestión sale haga el tiempo que haga, unas gafas deportivas con protección contra el viento o el sol también son una buena idea.

Además de la ropa, están los accesorios que ayudan en el día a día. Un soporte para el móvil que se acople bien al manillar, una bolsa compacta para guardar lo justo sin ir cargado o un bidón nuevo siempre vienen bien. Estas son las cosas que usa a menudo y que, con el tiempo, hay que renovar. Incluso algo tan simple como un par de cámaras de repuesto o unas pastillas de freno nuevas pueden marcar la diferencia. Son regalos que quizá no parezcan muy especiales a simple vista, pero quien va en bici sabe lo útiles que son. Y agradece no tener que ir a comprarlos cuando hacen falta.

 

Herramientas que le pueden salvar de un apuro

Una de las situaciones más incómodas para cualquier ciclista es tener una avería en mitad de una ruta. Por eso, si piensas en algo realmente útil, una buena idea es regalarle un kit de herramientas portátil. No hace falta que sea muy grande, pero sí que tenga lo básico para apañarse en caso de emergencia. Con que incluya llaves Allen, desmontables y una pequeña navaja, ya es suficiente para resolver la mayoría de imprevistos.

También es útil una bomba de aire pequeña que se pueda llevar en la mochila o una multiherramienta que le sirva para apretar tornillos o ajustar el sillín. Son regalos que puede que no use todos los días, pero que agradece tener cerca cuando hacen falta. Incluso un parcheador de emergencia, de esos que no ocupan nada, puede sacarle de un apuro si pincha lejos de casa.

Otro regalo práctico puede ser un pequeño inflador con manómetro, para que siempre lleve la presión correcta en las ruedas. Puede parecer un detalle menor, pero para quienes pedalean a menudo, mantener bien los neumáticos marca la diferencia. Y si esa herramienta cabe en el bolsillo o se engancha fácilmente al cuadro de la bici, mucho mejor.

 

Cosas que hacen la experiencia más cómoda

No todo es pedalear. Hay muchas cosas que rodean al ciclismo y que también importan. Si quieres pensar en su comodidad, puedes considerar un sillín ergonómico si sabes que el que tiene le da problemas, o una funda para el sillín que le proporcione más acolchado en rutas largas.

Una camiseta térmica para los días fríos, o una chaqueta impermeable y ligera que se pueda guardar fácilmente también pueden ser buenos regalos si sueles verle sufriendo con el clima. Incluso un par de manguitos o perneras para entretiempo son detalles útiles y poco comunes que seguro le harán ilusión. También hay rodilleras finas que no abrigan demasiado, pero protegen y no molestan al pedalear.

Hay quien también agradece tener unas buenas luces para montar de noche o incluso unas luces LED que se colocan en las ruedas, no solo para verse mejor, sino porque llaman mucho la atención y le dan un toque original a la bici. Si le gusta salir en grupo o hacer rutas nocturnas, todo esto suma mucho en seguridad y comodidad.

 

Si quieres algo más personal

Aquí es donde puedes ir un poco más allá. Hay detalles que no son simplemente prácticos, sino que tienen un valor más emocional. Por ejemplo, una navaja multiusos grabada con su nombre o una frase que os identifique. Es algo que usará en sus rutas, y que al mismo tiempo le recordará a ti. Si buscas este tipo de cosas, puedes encontrar tiendas como Regalo Grabado, donde te permiten personalizar productos como este. No tienes que volverte loco, a veces una frase sencilla basta para que el regalo sea especial.

Además de la navaja, puedes pensar en una taza personalizada, un llavero con forma de bici o una camiseta con un mensaje que solo vosotros entendáis. No siempre se trata de gastar mucho, sino de hacer que el regalo diga algo. Incluso una tarjeta escrita a mano que metas dentro del paquete puede hacer que ese detalle se vuelva inolvidable. Porque al final, lo que más recuerda uno no es solo el objeto, sino el gesto que hay detrás.

 

Tecnología para los más frikis del pedaleo

Si la persona a la que quieres regalarle algo también es aficionada a los gadgets, tienes muchas opciones. Hay sensores que registran la cadencia, relojes con GPS que permiten seguir rutas, e incluso cámaras deportivas que se colocan en el casco o en el manillar para grabar todo el recorrido.

Regalar tecnología suele ser un acierto si sabes que disfruta controlando sus entrenamientos o si le gusta compartir sus rutas con otras personas. Eso sí, asegúrate de que no tenga ya ese aparato concreto. Pregunta con disimulo o investiga un poco antes de lanzarte.

Otra cosa que también puede gustarle es una luz trasera con sensor de movimiento, que se activa sola y mejora su seguridad al circular. Son regalos diferentes, pero muy útiles. Además, hoy en día muchos de estos dispositivos se conectan con aplicaciones móviles, por lo que el ciclista puede analizar sus datos y mejorar cada vez más. Si le gusta la tecnología, este tipo de detalles suelen ser muy valorados.

 

Experiencias y aprendizajes

También puedes regalar experiencias. Un ejemplo puede ser un curso de mecánica básica para aprender a reparar pinchazos, ajustar los frenos o cambiar una cadena. No todo el mundo sabe hacerlo y suele ser muy útil.

Otra opción es una ruta guiada por una zona que no conozca. Muchas empresas organizan este tipo de salidas y puedes contratar una para dos personas y hacerla juntos. Es una manera de regalar tiempo compartido y disfrutar de una actividad que sabéis que le encanta.

Incluso algo tan simple como una suscripción a una revista de ciclismo puede ser buena idea. Le llegarán novedades, entrevistas, consejos y rutas nuevas para explorar. También existen apps de entrenamiento con programas para todos los niveles que pueden ser una sorpresa interesante. Regalar aprendizaje es apostar por algo que dura más allá del momento del regalo.

 

Pequeños detalles que también cuentan

No hace falta gastar mucho para hacer un buen regalo. Hay pequeños detalles que también hacen ilusión. Un colgador de pared para la bici, por ejemplo, ayuda a organizar mejor el espacio en casa. Un soporte para colgar el casco, un calendario con fotos de ciclismo o una libreta para anotar sus rutas favoritas también pueden tener su gracia.

Si tiene un rincón en casa dedicado a su afición, puedes añadirle algún objeto decorativo con forma de bicicleta, o una señal de tráfico adaptada al estilo ciclista. Todo eso suma y muestra que conoces bien sus gustos.

 

Cuando dudes, piensa en esto

A veces no sabemos si vamos a acertar. Le dará uso, ya lo tendrá, será demasiado básico… Todas esas dudas son normales. Pero si conoces bien a la persona y sabes cuánto le gusta ir en bici, basta con fijarte un poco para darte cuenta de qué cosas le hacen falta o cuáles podrían hacerle ilusión.

Mira su equipación. Fíjate si siempre lleva los mismos guantes o si su bolsa parece que ya ha vivido mil batallas. Pregunta, pero sin que se note mucho. Y si no lo tienes claro, elige algo práctico o algo personalizado. Con eso no fallarás.

 

El detalle que importa

No es el precio ni la marca lo que hace que un regalo tenga valor. Es que demuestre que has pensado en esa persona. Que sabes lo que le gusta, lo que necesita o lo que le puede sacar una sonrisa. A los que pedalean durante horas, lo que más les alegra el día es ver que alguien piensa en su afición con el mismo cariño con el que ellos salen a rodar.

Y si ese regalo, además de ser útil, viene con tu toque personal, ya tienes todo hecho. Porque al final no es solo el objeto: es el detalle, la intención y las ganas de hacerle feliz. Eso, créeme, no falla.

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