Salir a montar en bicicleta es sin duda una actividad deportiva saludable que mantendrá nuestro organismo activo y en perfectas condiciones. Nos ayudará a aumentar nuestra capacidad torácica, y fortalecerá y tonificará nuestra figura. El ciclismo, cada vez más en boga, comienza aglutinar a deportistas profesionales con amantes de este medio de transporte saludable y ecológico, o con aquellos que ven en la bicicleta un método tranquilo con el que obligarse a salir a pasear y hacer algo de ejercicio.
Pero sea cual sea nuestro grado de implicación con esta actividad, y sobre todo si somos verdaderos asiduos de la bicicleta, conviene tener en cuenta las lesiones y los daños que más aquejan a los ciclistas. En general podemos hablar de dos tipologías de lesiones provocadas por el uso de la bicicleta: traumatismos provocados por caídas o lesiones relacionadas con el mal uso o las malas posturas al realizar la actividad.
En cuanto a los traumatismos y quemaduras, son más frecuente en bicicletas de montaña, por las irregularidades del terreno y la manera de montar, algo más rápida y brusca que lo que puede ser habitual en carretera. Dentro de este tipo de daños, las zonas del cuerpo más afectadas son los brazos, cuellos y piernas. Así los ciclistas tienen más riesgos de padecer rotura de muñecas, clavículas o todas aquellas relacionadas con los ligamentos, la más común entre deportistas el esguince acromio-clavicular, que en su máximo grado (III) requerirá intervención quirúrgica.
En todos estos casos los daños serán provocados por caídas y accidentes que deberán ser tratados por especialistas, pero que no tendrán relación con nuestra manera de pedalear o montar en la bicicleta, más allá de un comportamiento y una actitud cívica y segura. Ante cualquier accidente lo recomendable será acudir a un profesional para un diagnóstico efectivo y una curación adecuada que nos evite dolores y males futuros.
Expuestos a desgaste continuo y a una actividad ardua sobre nuestro cuerpo, los deportistas habituales en cualquier disciplina deportiva debería tener el hábito de acudir de manera regular a un fisioterapeuta. Este nos ayudará a recuperarnos de lesiones como a mantener nuestro físico preparado para enfrentarse de manera continuada a altos niveles de ejercicio.
Existen profesionales especializados en las lesiones deportivas como es el caso de Ladislao Campos. Con una amplia experiencia en fisioterapia deportiva, esta clínica situada en Leganés cuenta con profesionales formados en las técnicas más avanzadas en dolor y rehabilitación con las que procurar un servicio más efectivo a sus pacientes. Entre sus especialidades cabe resaltar los masajes deportivos y la eliminación de contracturas.
En cuanto a las lesiones relacionadas con un posible mal uso de nuestra bicicleta o una forma inadecuada de montar, las causas principales son mala pedalada, mal apoyo, errores técnicos a la hora de nivelar o adaptar nuestra bici a nuestra altura o combinación de varios de estos casos.
Aquí encontraremos la famosa tendiditis, que pueden deberse a una cadencia incorrecta en nuestra forma de pedalear o a un sillín mal colocado que nos quede demasiado bajo. En el caso de la tendiditis rotuliana un sobre esfuerzo o una mala tracción pueden provocarla. Para ello deberemos estar alerta a los síntomas que indican una mala posición y corregir nuestros malos hábitos.
La posición exacta de la altura del sillín, es muy importante pues favorecerá o perjudicará un trabajo correcto de la rodilla. Debemos favorecer la máxima extensión de ésta, sin que nos resulte dificultoso llegar a concluir la pedalada. La longitud de las bielas es también vital para una correcta postura en la bici. Influyen en la tensión que se ejerce sobre la rótula, y según los expertos su colocación está en función de la medida del fémur: Un fémur mayor de 42 cm. una biela de 170 mm. entre 38 y 42 cm. biela de 167,5 mm. Y para uno menor, biela de 165mm.
Debemos estar alerta ante cualquier dolor continuado en nuestras articulaciones o músculos, con especial atención a la parte interna de estos. Si notamos que más allá de las clásicas agujetas, nos encontramos doloridos o cansados incluso cuando llevamos expuestos a un ritmo de ejercicio continuado una larga temporada, lo adecuado será acudir a un especialista que nos diagnostique.