Dinamarca es un país hecho para los ciclistas, de hecho, está atravesada por más de 12.000 km de carriles bici y senderos que te llevan a descubrir sus relieves suaves y su naturaleza encantadora.
Las distancias entre los diferentes sitios de interés y las atracciones son breves, para que no te falte nunca la oportunidad de parar y recargar tus baterías.
Dinamarca es un terreno plano con lo que no tendrás que enfrentarte a grandes cuestas. El punto más alto del país es Møllehøj («loma del molino») con apenas 170,86 metros de altitud.
Además, nada queda demasiado lejos. No tendrás que aventurarte por caminos solitarios y alejados de toda civilización. Pueblos, atracciones, bosques, playas, todo quedará a pocos minutos de pedaleo.
Hay una amplísima red de ciclovías que cubren unos 12.000 kilómetros perfectamente señalizados.
Uno de los mejores ejemplos para comprobar que, en pocos sitios se va en bici como en Dinamarca es la creación de la primera Green Wave (ola verde) en 2007.
La idea es simple: se coordinan los semáforos con los ciclistas, de manera que, si circulan a una velocidad de 20 kilómetros por hora, encontrarán todos los semáforos en verde en las horas punta de acceso a la ciudad.
De esta manera, se evitan atascos de tráfico y, también, se perjudica a aquellos ciclistas que pongan en peligro a los demás circulando a más velocidad. La Green Wave funciona en sentido opuesto por las tardes, para que los usuarios puedan regresar a casa pedaleando a un ritmo más suave.
Otro punto importante que se debe tener en cuenta es el hecho de que apenas hay robos. Es decir, sí los hay, pero en número insignificante para la cantidad de bicis que circulan por la ciudad y que, muchas veces, se dejan aparcadas sin siquiera candado.
Las Ugly Bikes
Una de las cosas que más me llamó la atención es que en Dinamarca existe un concepto muy extendido en Copenhague, que es el de las ugly bike.
Hay que entender que casi todos los daneses tienen más de una bici en casa: se puede tener una más deportiva, otra específica para compras con una cesta grande o con remolque detrás y, en medio de todo eso, una ugly bike, es decir, una bici vieja y poco atractiva para los ladrones, si trabajas en una zona un poco complicada o vas a hacer un trayecto corto y luego dejarla abandonada varias horas o días.
La verdad es que a mí que me costó traerme mi bici y mi coche desde España, de hecho, tuve que contar con los servicios de Star Cargo me resulta cuánto menos curioso que los daneses hasta tengan una bici para dejarla abandonada por días.
Puede parecer que el clima danés no es nada conveniente para ir en bici por el frío, sobretodo en invierno. La clave está en utilizar un buen equipamiento: ropa adecuada, guantes, luces extra para hacer la bici más visible y tener los frenos y las ruedas bien preparados.
Con ello, un ciclista experimentado (casi todos los daneses lo son en comparación con habitantes de otros países, como pude comprobar) no deberían tener demasiados problemas para utilizar la bici aun en los días de nieve.