Un garaje-museo para bicicletas

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Hay gente que colecciona cromos, sellos, latas de refrescos, incluso relojes. Pues bien, hay otras personas, como es mi caso, que coleccionamos bicicletas. Con el pequeño problema, por llamarlo de alguna forma, de que a veces nos quedamos sin sitio a las primeras de cambio. Ante este problema, os recomiendo que organicéis una especie de garaje como hice yo en mi caso. Después de comprarlo, y de darlo una buena mano de pintura, de eso se encargó MiPintor.net, comenzó mi aventura para la organización.

No es una idea extraña, porque en Zaragoza por ejemplo, ya existen los primeros parkins para bicicletas. En mi caso, es para mí solo, porque tengo 23 bicicletas de todo tipo. Por eso, las quiero organizar por temática.

Tengo 4 que incluyo en la sección de “Mi Primera Bici”. En esta listado tengo la famosa Motoreta roja, con la que aprendía a dar en bicicleta en mi pueblo, una localidad de Valladolid. Qué recuerdos. Posteriormente heredé una BH California de mi hermano, con la que me convertí en el rey del camino que iba de Matapozuelos a Ventosa de la Cuesta, que como su nombre indica tenía que subir. La tercera es una Orbea que me dio un primo mío. Esa tiene mucha historia pues a punto estuvo de costarla la vida. Como os digo. Quiso emular a Pedro Delgado, ya que en esa época estaba muy de moda, se lanzó por una bajada tremenda y el golpe fue de los de película. Estuvo hasta ingresado. Aunque sus padres querían destrozarla, yo la cogí prestada. Y es que, quien olvida su pasado, está condenado a repetirlo, por lo tanto la mejor forma es mantenerla entre nosotros. Cierro esta sección con una Zeus, que me regaló uno de mi pueblo.

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De carreras

Pedí a estos pintores de Barcelona que cada sección estuviera pintada de un color. Sí, soy un friki pero os aseguro que parece un museo de la bicicleta. Luego en otra sección tengo las de carrera. Aunque nunca he llegado a competir de manera profesional, siempre he sido un buen aficionado. Mi mayor logró ha sido terminar la prueba de los 10.000 de El Soplao, así que tengo mérito. Así pues dentro de las bicis de carrera tengo una humilde Orbea con cerca de 25 años, y la siempre recordada Pinarello Espada, sí efectivamente la Miguel Indurain, ganador de cinco Tours y para mí el mejor de toda la historia, una Colnago C40 de Mapei y como última adquisición la Cervelo R3 de Fabian Cancellara. Y así hasta 17 más.

Mitos

Luego tengo el museo de la fama, donde guardó auténticos mitos. Recuerdas las Fat Chance de Fat cycles, son bicis de culto, destacadas dentro del panorama clásico. O las Trimble, siempre fieles al carbono, las bicis MTB más extrañas que nacieron en los 80, ya que las punteras de aluminio del cuadro Trimble incrustadas dentro del carbono del mismo son un detalle pocas veces visto.

Ahora, con este garaje tengo más espacio para coleccionar bicis, pero tengo claro que no puedo tenerlas todas. Y eso que ahora es más fácil, gracias a internet. Ya que las propias tiendas de bicis de época, además de ponerlas a tu disposición, también ofrecen restauraciones. En la web puedes encontrar una infinidad de modelos de bicis clásicas de carretera a disposición de los ciclistas actuales. No es la primera vez que veo a gente desplazarse por la ciudad con ellas.

Para terminar, creo que poco a poco se irá generando en este país una cultura de la bici clásica y de su conservación, como ha ocurrido con los vehículos clásicos (coches y motos) a los que también soy aficionado. Hace unos cuantos años eran una afición minoritaria y cosa de «locos nostálgicos» y ahora casi se podría decir que está de moda y hasta disponemos de un marco legal en forma de Reglamento de Vehículos Históricos.