Tu casa y tu entorno, dos de los mejores espacios para practicar ciclismo

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La inmensa mayoría de los que tratamos de disfrutar cada día de nuestro deporte favorito, el ciclismo, vivimos en un piso o en una pequeña casa la cual anda justa de espacio para que podamos guardar nuestras bicicletas cómodamente sin que estorben demasiado por lo que tenemos que ingeniárnoslas para hacerles un hueco. Muchas veces, optamos por dejarlas en el garaje, en el rellano del piso o en algún cuarto de contadores o limpieza, pero esto no siempre es lo mejor, puesto que, en algunos casos, alguien podría robarnos algunos de los componentes de nuestra montura, lo cual, como es lógico, no nos haría ninguna gracia. Por este motivo, que tanto nos preocupa a todos los aficionados al deporte de las dos ruedas que no tenemos un sitio donde dejar nuestra bici, compañías expertas en mobiliario como lo es Dismobel, nos podrán facilitar un poco la vida vendiéndonos uno de sus muebles en los que, aunque sea en vertical o colgada, podamos guardar nuestra bicicleta para que así, quede a salvo de manos indiscretas y nosotros podamos dejarla con la garantía de que nada le va a pasar.

Comenzamos este post hablándoos de casas y de nuestra bicicleta y es que a todos los que somos realmente aficionados a la práctica de este deporte, nos gustaría poder practicarlo cada día con independencia de las condiciones meteorológicas que haya y es que, si echamos un día sin subirnos a nuestra montura, lo notamos, más o menos, pero lo cierto es que tenemos la sensación de que no ha sido un día completo. Este hecho lo saben las empresas del sector y es por ello por lo que de la mano de la realidad virtual o de una televisión conectada, han conseguido que en los días ventosos o lluviosos en los que no podamos salir a rodar, podamos igualmente disfrutar de nuestro deporte favorito. En concreto existen actualmente varias compañías que han desarrollado unos rodillos para instalar en nuestra bicicleta, los cuales van conectados, de manera remota o por cable a nuestro televisor y mediante una aplicación, nos permiten emular a nuestros ídolos, disputando algunas de las etapas de las grandes vueltas como el Tour de Francia, el Giro de Italia, la Vuelta a España además de las rondas clásicas. Estos rodillos, que incorporan una tecnología puntera, son capaces de hacernos sentir el terreno por el que se desarrolla la etapa y es que en función de la inclinación que tenga el lugar en cada momento, notaremos más o menos dureza a la hora de pedalear, por lo que se consigue un gran realismo y un buen entreno sin tener que salir de nuestro hogar.

Estos rodillos tecnológicos, que hasta hace pocos años eran solo un sueño para los aficionados al ciclismo, hoy en día se han convertido en un elemento más que usan los equipos punteros para sus entrenos y que llevan a las grandes vueltas para que sus ciclistas puedan calentar un poco o soltar ácido láctico antes y después de cada etapa.

Además, con el paso del tiempo su precio ha ido bajando considerablemente por lo que hoy en día, la gran mayoría de nosotros podemos disponerlo en nuestro hogar por un precio no muy elevado y sentirnos por ejemplo, como Valverde, que usa estos rodillos tecnológicos en su domicilio cuando no puede asistir a las competiciones por alguna enfermedad o lesión.

En el caso de que la jornada si sea propicia para salir a rodar o preveamos que en poco tiempo se va a poner a llover, siempre podemos salir por el entorno de nuestro hogar, y es que no nos hace falta salir demasiado lejos para poder disfrutar de una agradable jornada de ciclismo ya que, en la gran mayoría de ocasiones, cerca de nuestra vivienda tenemos distintos tipos de terrenos por los que entrenar con tranquilidad.

Otros lugares para entrenar sin preocupaciones

Aunque si bien es cierto que existen países mucho mejor preparados que el nuestro para la práctica del ciclismo, en algunas de las ciudades más importantes de nuestro país, comenzamos a contar con lugares en los que poder disfrutar de la bicicleta sin tener que correr riesgos. En Ourense, por ejemplo, existe un largo paseo que bordea los márgenes del río Miño y a través de el, podemos hacer recorridos de más de 20 kilómetros sin tocar carretera, además de poder ampliar este trecho o recortarlo, en función del puente por el que crucemos. Además de la ciudad gallega, en Madrid está ubicado el llamado anillo verde ciclista, que rodea toda la ciudad por fuera de la circunvalación M30, y que nos permite hacer largos entrenamientos para disfrutar de agradables jornadas de ciclismo sin correr ningún tipo de peligro.