Simple, sencillo, realista

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Voy a hacer una pregunta cuya respuesta creo que es bastante sencilla, ¿te pondrías unas zapatillas de estar por casa para ir a comer a un restaurante de lujo? Imagino que la respuesta es “no”, ¿entonces por qué te pones unos zapatos de paseo para ir en bici? Es ridículo. Llevo ya bastante tiempo observando que hay muchos ciclistas ocasionales y personas que cogen la bicicleta para ir a trabajar casi a diario que no llevan el calzado apropiado para ello, pero la gota que ha colmado el vaso es ver cómo uno de esos ciclistas ha provocado un accidente justo delante de mis narices cuando su pie ha resbalado del pedal haciéndole perder el equilibrio y volcando directamente contra un vehículo en el que viajaba una familia con dos niños pequeños. Gracias a Dios el único herido ha sido él mismo,  porque el padre que estuvo a punto de chocar su vehículo contra una farola intentando esquivar al ciclista tuvo los suficientes reflejos como para recuperar el control del vehículo antes de que ocurriese el desastre. De lo contrario los daños podrían haber sido mucho mayores.

Una suela rígida como la que llevaba ese chico no agarra lo suficiente como para poder pedalear con comodidad, incluso limita el movimiento del tobillo, por lo que las posibilidades de sufrir un accidente se incrementan notablemente llevando ese tipo de mocasines o inglesitos.

Todo aquel que coge una bicicleta para circular en el tráfico de una ciudad, o de una carretera, adquiere irremediablemente la responsabilidad de su seguridad y de la de todos los que le rodean, por lo que no puede saltarse las normas de circulación (como muchos hacen) ni puede circular sin las herramientas necesarias que protegen su seguridad y la de los demás, tales como luces reflectantes por la noche, casco y, ahora añado yo, un calzado apropiado.

Educando desde la infancia

Este tema, por ahora, no está legislado, y mientras que sí es obligatorio llevar casco o elementos reflectantes en horario nocturno, no lo es llevar una vestimenta y un calzado adecuado. Eso significa que no podemos recriminar nada legalmente a los ciclistas que van con pantalones ajustados y zapatos de suela resbaladiza, aunque cívicamente sea de lógica pensar que sí, pero lo que sí podemos hacer es educar desde la infancia para enseñar qué es correcto y qué no lo es.

¿Y cómo podemos empezar? Pues aplicándonos el cuento nosotros mismos y dando ejemplo. Puedo entender que si utilizamos la bicicleta como medio de transporte para ir a trabajar tengamos que ir vestidos de determinada manera, pero siempre podemos buscar soluciones para el calzado. La más factible sería tener unos zapatos en el trabajo para poder ir en zapatillas deportivas sobre la bici y luego cambiarnos una vez lleguemos a nuestro destino, pero si esto no es posible hay más opciones, como hacernos con zapatillas deportivas elegantes tipo Panama Jack o Pikolinos que, aunque siguen sin ser el calzado más acertado, ya tienen una suela lo suficientemente apta. Podéis ver a qué tipo de calzado me refiero en la sección de calzado deportivo de Calzados Luz. Y, por supuesto, si vamos de paseo con la bicicleta, o a hacer rutas en bici por carretera o campo, es de vital importancia que llevemos unos deportivos de calidad.

Para los niños pequeños propongo algo similar. Tal vez no sea necesario ir a Dechatlon y comprarles unas zapatillas específicas para ciclismo que cuestan casi más que la propia bicicleta, pero sí que podemos comprarles unas buenas zapatillas de deporte en tiendas especializadas como Piesitos, donde encontraremos zapatillas J´hayber o Puma a precios realmente competitivos.

Además, por supuesto, debemos hacerles respetar las normas de circulación al tiempo que lo hacemos nosotros mismos. Lo que no puede ser es que pretendamos que los conductores de vehículos a motor nos respeten, dándonos distancia de seguridad, dándonos nuestro tiempo y dejándonos paso cuando tenemos preferencia,  pero luego nosotros nos saltemos semáforos en rojo, circulemos por la calzada teniendo un carril bici al lado y hagamos caso omiso a los stop que nos vamos encontrando por el camino.

En definitiva, lo que propongo hoy es lo de siempre, ya que lo único que creo que conseguiría hacer cambiar la conciencia de nuestra sociedad en este aspecto es, básicamente, hacer lo correcto. En otras palabras, lo que propongo es que los ciclistas nos hagamos tan responsables de la seguridad vial como lo son los conductores de vehículos a motor, que respetemos las normas de circulación, que entendamos que no llevar casco no es una opción, y que se nos meta en la cabeza que no llevar la equipación adecuada puede costarnos la vida a nosotros y a otras personas. Si los ciclistas cumplimos con la parte que nos toca podemos exigir a los demás que cumplan, de lo contrario no tenemos derecho a nada. Simple, sencillo, realista,