¿Afecta el ciclismo a la fertilidad masculina?

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No es la primera vez que un chico que empieza en el mundo del ciclismo me hace esta pregunta y la respuesta, por dura que pueda parecer, es que sí, afecta. Ahora bien, eso no significa que los ciclistas no puedan tener hijos así que antes de hacer saltar todas las alarmas tenemos que ver todos los aspectos que pueden afectar y cómo podemos poner soluciones para intentar prevenir antes que curar.

Para empezar debemos entender que no es lo mismo salir en bicicleta de vez en cuando que someterte a los duros entrenamientos de los ciclistas de élite, así que si lo tuyo es un hobby ocasional ya puedes dejar de sudar.

No obstante, la mejor opción es acudir a un especialista que realice las pruebas pertinentes con el fin de quedarnos tranquilos. No todas las aseguradoras cubren este tipo de procedimiento, Sanitas y Adeslas sí, podréis preguntar en adeslasenrivas.es, y si tenéis paciencia podéis acudir a la seguridad social que, aunque en lista de espera, también te harán las pruebas necesarias.

Según Ivi Dono, aunque hay hombres estériles o con baja calidad de esperma, no tienen datos que ratifiquen que todos los ciclistas sufren este problema. Ahora bien, la realidad es la realidad, y los datos están ahí.

Según la Universidad de Harvard, en Estados Unidos, es hasta un 34% la disminución que puede sufrir un hombre en cuestión de fertilidad si monta en bicicleta. Eso sí, quienes se sometieron al estudio utilizaban la bicicleta durante cinco horas semanales como mínimo y aquí es donde radica la cuestión: no es lo mismo que un chaval coja la bicicleta el sábado para ir de ruta con la familia que aquel que coge la bicicleta para hacer deporte un mínimo de hora u hora y media diaria.

Además, no es sólo el sillín el que recude la calidad espérmica, sino también la ropa ajustada que usan y que aumenta la temperatura de los testículos.

Prevención

Ahora bien, lo importante aquí es saber cómo podemos prevenir esta situación ¿verdad? Pues hay algunas cosas que podemos hacer, fáciles y sencillas, que protegerán un poco más a nuestros “campeones”:

  • Asiento cómodo: sillines y fundas de silicona, asientos anchos, viscolástica… Hay muchas opciones para conseguir un sillín cómodo y blanco. Tened en cuenta que el cuerpo ejerce presión sobre nervios y arterias que suministran srangre a los órganos sexuales por lo que, llevar un asiento cómodo puede reducir ese impacto notablemente.
  • Hidratación: puede parecer obvio pero no lo es tanto. Beber agua no sólo ayuda a no deshidratarnos mientras hacemos ejercicio un día duro de calor, sino que además ayuda a controlar la temperatura de tu cuerpo, incluyendo los testículos.
  • Viste ropa de talla adecuada: si usas mallas muy ajustadas también puedes dañar tus testículos, e incluso provocar irritación con el continuo roce.
  • Moderación: no te vuelvas loco subiéndote a la bici tres horas al día, no es necesario a no ser que quieras competid en la vuelta ciclista a España. Si te gusta el ciclismo practícalo, pero con moderación.
  • Evita infecciones: Limpia la superficie del asiento antes y después de andar en bicicleta; lava tu ropa al final de cada jornada (incluso, la cubierta del asiento, si acostumbras colocarla).

Congelación

Al igual que las mujeres que buscan un embarazo algo más tardío que lo que la  naturaleza tiene previsto pueden congelas sus óvulos, el hombre también puede congelar su semen con el fin de que si luego éste pierde calidad, pueda recurrir al congelado.

Las clínicas privadas ofrecen esta opción y es algo a tener en cuenta si tú futuro está en este deporte a nivel profesional. Tras la congelación y descongelación el esperma no sufre daño alguno, por lo que se puede inseminar a su pareja en un futuro sin miedo a que vaya a tener más problemas de los que hubiera tenido si hubiera quedado embarazada de manera natural.

No obstante hay un investigador, el doctor Allan Pacey de la Universidad de Sheffield en Inglaterra, que asegura que a pesar de los estudios cree que son otros los factores que influyen en esa fertilidad pues, según él, hace 40 años el ciclismo era una forma mucho más común de transporte y no hay evidencia de que los hombres fueran menos fértiles entonces, sino más bien al contrario. Sea como sea, el debate está servido.